Es público y notorio que el Valencia quiere
desprenderse de canales y que el cántabro quiere abandonar el club ché.
Partiendo de estas premisas, todo parece avocado a un desenlace inminente.
Sergio Canales ya fue ofrecido al club castellonense a
finales de 2013 y aunque en ese momento sedesestimó su posible fichaje, la
lesión de Cani y un fundado temor a que la plantilla podría ser insuficiente para
lograr un objetivo tan ambicioso como la clasificación del equipo para la
Champions League del próximo año, han reabierto el interés del submarino
amarillo.
El principal obstáculo para llevar a cabo la operación
radica en la diferencia de precio entre los 8 millones que desea el Valencia,
con objeto de recuperar parte de la inversión realizada en su día, y los 3
millones, que el club presidido por Roig y marcado por una severa austeridad,
está dispuesto a ofrecer.
No hay que olvidar que el Villarreal asumiría la
totalidad de una ficha que tanto está mermando las arcas valencianas y que,
junto al poco feeling con Pizzi, son la causa principal por la que el equipo de
la rivera del Turia quiere desprenderse del joven jugador.
Los pros de este fichaje estarían en la buena relación
entre Marcelino y Canales, así como la posibilidad de rentabilizar la
operación, pues no debemos olvidar que hablamos de un jugador de 22 años. En el
terreno de los contras están sus dos graves lesiones que, aunque ahora parecen
totalmente olvidadas, siguen latentes en la mente de los dirigentes amarillos.
Sea como fuere, no habrá que esperar mucho para
conocer la resolución de un caso que tiene como fecha de caducidad el próximo 1
de febrero.
@eltito56990 / @DondeelFutbol
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