FORMACIONES
Málaga CF: Willy Caballero; Gámez, Sergio Sánchez, Flávio, Antunes; Camacho, Tissone (El Hamdaoui, m. 71), Amrabat, Duda, Eliseu (Samu, m. 64); Juanmi (Pablo Pérez, m. 71).
Sevilla FC: Beto; Coke (Diogo, m. 46), Nico Pareja, Fazio, Fernando Navarro; Iborra, Rakitic; Vitolo (Cheryshev, m. 75), Reyes (Gameiro, m. 46), Alberto Moreno; y Bacca.
GOLES
1-0, m. 30: Duda, de penalti. 1-1, m. 48: Bacca. 1-2, m. 66: Fazio. 2-2, m. 76: Samu. 3-2, m. 82: Duda.
El partido arrancó con un tenue dominio de los pupilos de Bernd Schuster en los primeros minutos, aunque la presión ejercida por los locales no terminaba de agobiar a un Sevilla FC bien ordenado que salía con cierta facilidad a la contra.
No en vano, la primera ocasión clara del partido llegó para el equipo de Unai Emery al cuarto de hora. Rakitic habilitó con un gran pase a José Antonio Reyes, pero el utrerano, solo dentro del área, no le pudo ganar la partida al meta Caballero, que supo mantener el tipo para desbaratar la oportunidad de los sevillistas. Tampoco estuvo nada clarividente Reyes.
En términos generales, los nervios aparecieron en el cuadro de Emery y particularmente en el lateral Coke. A la media hora de juego, el madrileño, que ya había visto una cartulina amarilla (lo que le impide estar en el próximo choque ante el Barça) arrolló de forma absurda por detrás a Duda dentro del área. González González no se lo pensó y decretó penalti. Infantil, pero penalti.
Y, además, el trencilla tuvo la deferencia de no enseñarle la segunda amarilla a Coke, algo que habría puesto el partido casi imposible. El propio Duda fue el encargado de transformar la pena máxima. Beto llegó a tocar, pero el esférico se le coló por el palo izquierdo. De ahí al descanso, la capacidad de reacción del Sevilla FC fue nula y sólo Coke llevó el susto al cuerpo de todos los sevillistas volviendo a jugarse la expulsión en un par de acciones. Su cambio al descanso estaba cantado.
Y así lo vio también Emery, que lo dejó en la caseta de vestuarios e introdujo a Diogo en su lugar. El técnico vasco retiró asimismo a Reyes para darle entrada a Gameiro y, desde luego, los movimientos de piezas y estratégicos del entrenador dieron pronto sus frutos. Bien Emery. Nada más arrancar la segunda parte, Iborra se sacó un notable pase en profundidad y el colombiano Bacca definió con mucha clase desde la frontal engañando a Caballero.
El Sevilla FC mutaba su triste cara de la primera mitad y elevaba las tablas al marcador. Y la cosa no iba a quedar ahí, porque de nuevo el balón parado con la firma de Rakitic, ese filón que tantos puntos ha dado esta temporada, aparecería otra vez para celebración de los sevillistas. El croata botó con maestría una falta lejana y Fazio se erigió sobre toda la defensa malaguista para peinar el balón y poner por delante a su equipo en la contienda (1-2).
Y cuando el Málaga parecía hundido, La Rosaleda comenzó a apretar y los de Bernd Schuster se vinieron arriba para arreglar el estropicio local. El último cuarto de hora fue un martirio para los sevillistas, que se volvieron a descomponer de forma incomprensible. Samuel, con un trallazo desde la frontal, imposible para Beto, igualó el partido.
Y para dar la puntilla, Pablo Pérez, otro de los refuerzos malaguistas en el mercado de enero, colgó desde la izquierda un preciso pase con efecto con el exterior que no pudo despejar Alberto Moreno y que cayó a los pies de Duda para que el exsevillista fusilara a su compatriota Beto. El Sevilla FC no supo jugar en la trampa de La Rosaleda, ni siquiera cuando lo tuvo todo a favor.
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